Cirugía Arquitectónica

Si imaginamos a dos personas besándose podemos pensar en amor, en sexo, en amistad, quizá en ilusión, pasión, futuro, sinceridad, tranquilidad y un sin fin de mensajes que dependiendo del receptor y las circunstancias modelan la percepción, y sin embargo no deja de ser una imagen de dos personas que se besan. Así podemos entender que una imagen es un interfaz entre evocaciones y sensibilidades. La arquitectura tiene esa capacidad de transmitir sensaciones, de ser es eslabón entre mensajes y receptores, formando parte del mundo de la Inter-actividad, la arquitectura como inter-face entre forma, espacio y alma.
La arquitectura como metáfora, un lenguaje de pieles y formas capaces de albergar multiplicidad de contenidos con capacidad de evocaciones y resonancias a todos los campos imaginables.
En ese sentido cualquier normativa no deja de ser una traba a la autentica misión de la arquitectura y una falta de confianza en el talento de la transmisión, pero esto es en gran parte culpa nuestra por intentar protocolizar nuestra capacidad creativa, somos los primeros en abortar nuestras ideas, nuestra expresión…
Debemos optar por la posibilidad de reinventarnos en cada momento, no debemos renunciar a ello, debemos observar, captar sensaciones, crear demandas y objetivos, modelar nuestra interfaz para aportar algo inquietante o sereno, algo evocador o neutral, no existe ninguna forma concreta de actuar, existe la sensibilidad y la ambición de transmitir.
Habida cuenta de la claudicación del urbanismo arquitectónico en pro del urbanismo “económico-político-social” (es decir del Anti-urbanismo), a la Arquitectura le queda la opción de desarrollar una actividad quirúrgica, generando motivaciones puntuales que a su vez reactiven puntos, áreas y actitudes. Esta cirugía se ha convertido hoy en nuestra más eficaz herramienta para generar debate y crítica arquitectónica, para mantener viva la necesidad espacial y optar por la actividad creativa frente a la meramente productiva. No se trata tanto de que cada ciudad cuente con su más o menos numeroso grupo de edificios de “marca” , sino más bien, en el reclamo de una actitud positiva y de confianza hacia la arquitectura como artífice y símbolo del avance y progreso de nuestras sociedades. Nuestros proyectos pretenden ser una apuesta por esta actitud.